La cultura de Japón relaciona a las grullas con la buena suerte y
longevidad. Por eso una antigua leyenda japonesa cuenta que quien
consiga hacer mil grullas de origami conseguirá ver cumplido su más grande deseo.
Esta leyenda, tan vieja como el tiempo, revivió en la mitad del siglo
XX y fue Sadako Sasaki, una niña japonesa quien se encargó de hacerlo.
Sadako tenía dos años cuando estalló la bomba de Hiroshima,
ciudad en la que vivía, donde, solo en el año de la masacre, 1945,
murieron más de 140.000 personas por el estallido o sus consecuencias
posteriores.
También a Sadako le afectaron las radiaciones y nueve años más tarde le
diagnosticaron leucemia; en su lucha contra la enfermedad decidió crear
mil grullas para curarse de su enfermedad, pero no pudo conseguir su
propósito y murió en 1955 después de haber plegado 644 grullas. Sus
amigos prosiguieron la simbólica tarea de completar las mil grullas con
la esperanza de que se acabaran las guerras en el futuro.
El parque de la paz de Hiroshima recuerda a Sadako y a sus amigos con esculturas donde puede leerse: Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo.
Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y
pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la
curación a todas las víctimas del mundo. Con el papel de los botes
medicinales y otros que iba encontrando llegó a completar 644 grullas de
papel. El avance de la enfermedad impidió que acabase de realizar la
tarea, muriendo el 25 de octubre de 1955
(a los 12 años de edad) tras 14 meses de ingreso en el hospital. Sus
compañeros de escuela, después de su fallecimiento, llegaron a completar
las mil grullas. Los compañeros de escuela y amistades pensaron
dedicarle un monumento
donde se representaría a Sadako sosteniendo una grulla dorada en su
mano, también dedicada a todos los niños que murieron a causa de las dos
bombas atómicas.
Dentro del parque en Memoria de la Paz está el Monumento de Paz a los Niños, dedicado a todos los niños que murieron con la explosión de la bomba.
Con forma de bomba, en su punta se encuentra una pequeña niña sosteniendo una Grulla de Papel hecha en origami. Una niña Japonesa que sufrio de la radiación de la bomba creía que si doblaba 1000 grullas ella se curaría y los demás también lastimosamente murió antes de terminar su proyecto.
Les presentamos fotografías del majestuoso monumento, a sus alrededores hay vitrinas con artes hechas por los visitantes con grullas de papel.
Información extraide de:
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